viernes, 11 de abril de 2008

primeras sensaciones previas al viaje

monitor frente a mi, noches detrás con poco descanso, últimos envíos de mails a mi mismo para ordenar virtualmente mis contactos y direcciones, confirmaciones de direcciones, teléfonos, nuevas contestaciones desde el hospitalityclub, mas ofertas de hospedaje para Chicago y una adrenalina que comienza a hacer estragos en mi estómago.

yo no se si les pasa pero el armado de la valija me termina por parecer una suerte de ciencia, una alquimia que no logro dominar, los dobleces de la ropa desacomodados, los puños de camisas fuera de lugar, que hacer con los cuellos, hasta donde abrocho los botones. claramente creo que tendría que existir un delivery, un servicio a domicilio de armado de valijas. algo así como, usted relájese, dígame que lleva que yo se lo ordeno, y hasta algún consejo, un, mire, me parece que esto está demás. seguramente allí sería el momento en que me dirían, tiene que dejar medio contenido de la valija fuera porque esto es un verdadero exceso.

el comienzo de la travesía me tiene con algunas horas de insomnio, los ojos medio entrecerrados, con cierta bruma y esa pesadez que tienen las esperas. el remis llegará dentro de un par de horas, pero luego el tedio del check in y otras yerbas. claramente no me agradan los intervalos dentro de aeropuertos. ahí también tendría que inventar algún servicio para apaciguar las esperas.

me aguarda la gran manzana, la capital del imperio, el centro de woody allen, la obsesión de spike lee, las esquinas de auster y media coleeción de arte mundial concentrada en un par de museos.

estar frente la señora estatua es uno de los cometidos, preguntarle si no se le acalambra el brazo, si le transpira, como se baña, si se baña. pararme frente al puente de Brooklyn, acabo de decidir usar las mayúsculas, pensar que podría haber sido un extra para alguna de los cientos de películas que he visto, no se si me puedo encontrar a Meg Ryan esperándome en la azotea de algún edificio o si me podrá fingir un orgasmo como lo hizo con Crystal.

El Central Park, la estatua de San Martin, la que no tenemos acá, algún café, el soho, el China Town. ¿me dirán no entiendo como lo hacen acá? sabrán de sus primos argentinos, apagarán las heladeras de noche?, preguntas y mas preguntas.

encontrarme con algún italiano bachicha caminando por little Italy y tener la sensación que Pacino me puede estar esperando para explicarme que un daikiri de banan es solo eso.

Existe Rockefeller?, le puedo pedir prestado un par de pesos, me podré cruzar con Trump y que me regale la maqueta de algún edificio?

Todo me genera mucha intriga y mas que nada esta movida de para en casas de gente no conocida, hasta ahora hostels y hoteles baratos, algún pedido de descuento en París, otro por España, pero ninguno dentro de este marco de intercambio personal desconocido. vieron como es esto, acá somos desconfiados por naturaleza y resulta que ya tuve seis ofertas de hospedaje para mi estadía en Chicago, que se suman a las que me hicieron, y de las cuáles he hecho uso, en Nueva York.

Jennifer será la host que me albergue, se que me tengo que tomar un taxi y procurar no mostrar los dos pasaportes a los de la aduana para que no supongan que vengo a detonar una b....; silencio que no se puede decir esa palabra que explota o te deportan. Celeste me ha ofrecido la suya y también un paseo por Brodway. Todo muy distinto, mucha ansiedad.

Como quisiera que el teletransportador de la pantera rosa o del Viaje a las estrellas sea cierto, exista, y pueda materializarme en cuestión de segundos.

Es la ansiedad de la espera, del que viaja, de mi viaje, en todos los sentidos.

será este el primer envío de una serie que no puedo precisar como habrá de continuar pero de la que estoy seguro tendrá varias entregas.

A los que me dicen que me extiendo, paciencia, lean hasta donde les venga en gana.

chapatin

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Mientras descendía por Ríos impasibles,
Sentí que los remolcadores dejaban de guiarme..."
(A. Rimbaud, "El bote ebrio")
¡Qué lo disfrutes!

Cariños
A...nónimo

Jóse dijo...

Saludos a Woody!